Tras mi cambio de apariencia, Yas me llevó de compras, por todas aquellas tiendas góticas, y que ahora están tan de moda. Me eligió vestidos, pantalones ajustados, corsés, tacones... Todo a su estilo. Me hace gracia... la forma en la que quiere volverme más femenina... En el fondo, se lo agradezco. Siempre se está preocupando por mí.
Pero bueno, me voy del tema...
El caso es, que estuve rebuscando entre mis cosas, encontrando, al fin, mi ropa. Sí, aquella que me ha acompañado siempre, desde que abandoné los laboratorios. Evidentemente, no me cabe, ya lo he comprobado... Pero lo importante y lo que me ha llevado a rememorar el pasado no es eso, sino la fotografía que encontré en mis desgastados shorts negros.
Era yo... mi verdadera yo. La que sería si no fuese... por eso que me corre por dentro.
Hacía tiempo que... había olvidado el verdadero color de mi pelo...
Me alegra... haber encontrado esta fotografía.
Hace que... no me olvide de lo bueno que todavía hay en mí.
Hace que... no olvide a mi verdadera yo.

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